La ciudad que perdió el Mundial de Clubes podría ganar el Oscar
Soy malo para los pronósticos. Pero esta vez les pediré que guarden mi siguiente predicción y volvamos a hablar el 25 de Abril. La noche de la entrega del Oscar.
Esta semana se reveló la lista de películas semifinalistas a la terna del Oscar a Mejor Película Internacional y Ya No Estoy Aquí, cinta mexicana de producción, regiomontana de temática y reparto, aquel retrato del movimiento cholombiano que nos puso a debatir qué es y qué no es la cultura de Monterrey, está entre los quince títulos que pasaron a la penúltima ronda.
Tengo la certeza de que, además de quedar nominada, ganará el Oscar.
Las razones son dos:
La primera (que debería ser la única importante, pero en el mundo de las entregas de premios el mérito propio no influye tanto): es una película sobresaliente que merece ganar.
La segunda (la verdaderamente importante): es una Netflix Original, y la inversión que esta plataforma de streaming hace para colocar sus cintas en la recta final del Oscar es, además de sustanciosa, muy efectiva. Lo vimos con las campañas de Roma, Historia de un Matrimonio y El Irlandés. Lo peculiar de esta ocasión es que la artillería de promoción y relaciones públicas es para una película filmada en la colonia Independencia. Dicho de paso: es la campaña de visibilización más digna que se le ha hecho a las colonias del cerro de la Loma Larga desde que un grupo de organizaciones propuso pintar sus casas de colores.
Decir que esta campaña arrancó con paso firme y serias intenciones es quedarse corto. Netflix sentó a Guillermo del Toro y Alfonso Cuarón frente a frente para charlar sobre las virtudes de Ya No Estoy Aquí. ¿Recordamos otra ocasión en la que dos de los tres cineastas mexicanos más reconocidos tuvieran palabras de admiración -públicamente- para otro realizador mexicano que no sea uno de los three amigos? Del Toro probablemente, ¿pero Cuarón?
El tweet que cito proviene de la huella digital de Netflix en Estados Unidos y fue (si me preguntan a mí) estratégicamente publicado días antes de que la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas votara a la películas que representarían a México en los premios Goya y los premios Oscar. Mi hipótesis es que el mensaje influyó en que la Academia Mexicana -un grupo eminentemente chilango que en sus representantes ante el Oscar no contempla al cine de otras zonas de México, en gran parte porque, todo hay que decirlo, ese cine apenas existe- eligió a YNEA, cinta sobre una cultura distante a Ciudad de México, de un director radicado en EE.UU, para competir tanto en los Goya como en los Oscar, dejando fuera de la carrera a la entonces efervescente Nuevo Orden, de Michel Franco; un atleta de festivales de cine y entregas de premios que también tendría el perfil competitivo para darle el Oscar a México. El cabildeo de Netflix no pudo ser más evidente desde esta etapa tan prematura de la carrera.
Desde entonces, YNEA ha sido reconsiderada por los medios en contenidos editoriales meticulosos.
El perfil que GQ México hizo de su protagonista con una estilizada sesión fotográfica.
La invitación al fotógrafo de la película a una de las prestigiosas mesas redondas que The Hollywood Reporter realiza previo a la temporada de premios. En este foro, Damián García fue el único representante de una cinta extranjera y conversó con los cinefotógrafos de Mank, Mulan y Nomadland, a quienes les contó sobre Monterrey.
Aunque todo de dependerá de qué títulos queden, históricamente, la terna de Mejor Película Internacional nunca ha sido un campo de batalla en el que los presupuestos de publicidad abunden. De las otras semifinalistas en la terna, pocas o quizá ninguna contaría con los recursos para posicionarse en la mente de los votantes del Oscar.
Según este artículo de 2013 en el NY Times, este es el recorrido que hace una película extranjera simplemente para salir de su país:
Elevating a hopeful to a real contender takes money, and filmmakers from poorer nations often go hat in hand to national film organizations, producers, agents, festivals, even tourism boards, to find the money to underwrite their chances.
“A decent campaign is $50,000,” said Tatiana Detlofson, a Los Angeles publicist who has been handling foreign Oscar campaigns for 13 years, including five this season. “The really good ones, from countries like Belgium or Germany, are $100,000. And the money is usually eaten by the ads.”
When “El Limpiador” was submitted as Peru’s candidate for the foreign language film Oscar, it embarked on a campaign to win votes from Academy members. As it turned out, “El Limpiador” didn’t make the shortlist announced this month. But until then, the filmmakers used the $32,000 in their budget on a number of outreach efforts. Here’s a look at some of the expenditures.
Airfare for director, from Lima to Los Angeles: $2,000.
The Wrap screening series: $8,000 (discounted)
Fees for Hollywood Foreign Press Association (Golden Globes) screening: $700.
Advertising $14,500, included: Screen International, one full-page print, two weeks of online banner ads; Variety: one quarter-page ad at bottom of page; The Hollywood Reporter: two quarter page ads.
Graphic design for ads: $2,000.
Publicist’s fee (discounted): $4,800.
Desconozco si el presupuesto de YNEA ronda o rebasa los 50 mil dólares, pero su ventaja, si no es comprobable en recursos, lo es en el nivel de exposición que tiene frente a sus competidoras.
Son la señales que veo. Por si gustan hacer sus apuestas.
Regios will be regios es un newsletter semanal gratuito (que podría ser un podcast) sobre Monterrey, escrito por Maximiliano Torres.