La maldición de abrir un museo en Monterrey
Algo insólito me sucedió esta semana: me enteré del embarazo de Andy Benavides por alguien que no vive en Monterrey, ni se encuentra geográficamente en la ciudad.
Como el corresponsal autodesignado del acontecer regio que soy, esto fue una falla. Pero no realmente un descuido. Fue debido a un efecto mariposa que comenzó con un tráiler que iba circulando por Avenida Félix U. Gomez y derribó un poste de luz que dejó sin electricidad a ciertas colonias durante dos horas, entre ellas la mía.
Sin wifi en casa y bajo porcentaje de batería en el celular, pasé dos horas desconectado de lo que podría pasar. Dos anomalías me asombraron de esta anécdota:
1) ¿Por qué nadie de mis allegados locales me compartió la noticia?
2) ¿Por qué la noticia llegó de Ciudad de México?
Tal vez sea un indicador de cómo el IG regio es un universo no tan local.
Finalmente está lloviendo. Tláloc recapacitó. Tláloc sabía que somos unos convenencieros que nunca citamos a las deidades prehispánicas cotidianamente -porque somos más texanos que mexicanos- y ahora que necesitamos agua desesperadamente estamos dispuestos a reconocernos como parte de Mesoamérica. Pese a ello, nos concedió lo que el reporte meteorológico pronostica como catorce días de lluvia.
A propósito del pronóstico meteorológico, consideremos estas IG Stories de Samuel García y Mariana Rodríguez hablando de la lluvia que viene.
No es el tema de las lluvias lo que destacaría aquí, sino otras dos cosas:
¿Conocemos una pareja política que se lleve así públicamente? Una pareja en la que la esposa ningunée al marido, sin olvidar que el marido también se ha portado machista con la esposa (pero eso no lo vemos en este video.)
¿Se fijaron que dijo San Nico-rap? Esta es una manera de sacarle la vuelta a los nombres peyorativos que los regios le dan a los municipios del área metropolitana. Tengo curiosidad por saber cuáles serán los nombre que les da a Escobedo, Guadalupe y Apodaca?
Dicho lo anterior, aquí los temas que viven en mi cabeza esta semana sin pagar renta.
Es como si estuviéramos genéticamente impedidos para abrir museos
No es sorpresa para nadie que Monterrey no sea una ciudad de Museos, o que asistir a los pocos museos que existen no sea una actividad central para el ocio de la ciudad. Lo que me sorprendió (un poco) es saber que esta renuencia se da desde la génesis de estos espacios. El Norte publicó un recuento de los obstáculos que se ha encontrado el frustrado Museo de la Batalla de Monterrey, siendo el principal obstáculo la visión del regiomontano.
Ubicado en el cruce de Héroes del 47 y El Paseo Santa Lucía, justo el sitio donde se libró esta batalla durante le guerra entre México y Estados Unidos en 1846 (cuyo motivo fue la anexión de Texas a EE.UU. y la disputa por la frontera en la zona del Río Grande), el museo fue aprobado por Margarita Arellanes en 2015 y construido por Adrián de la Garza en 2016. Estaba planeado para entregarse en seis meses, pero los vecinos de los condominios La Finca lograron parar temporalmente la construcción alegando que el terreno donde se estaba construyendo el museo era usado por ellos como zona recreativa.
Por cierto, este es el museo en cuestión. Cuando yo pasaba por ahí sin estar enterado de qué era, pensaba que era un salón de eventos.
Cuando la disputa con los vecinos se superó, vino el tiro de gracia: arquitectónicamente, el museo fue diseñado para que su entrada fuera por el lado del Paseo Santa Lucía, en donde se encuentra un muro histórico protegido por el Centro INAH Nuevo León que no se puede derribar para crear dicho acceso.
Las alternativas son: colocar una escalera que se eleve sobre el muro para poder entrar o darle otra vocación al lugar; Luis Donaldo Colosio está proponiendo volverlo la nueva sede del Archivo Histórico de Monterrey.
¿Dónde hemos visto esta historia antes?
En Papalote Museo del Niño Monterrey, cuya primera piedra fue colocada en el 2010 y su inauguración fue en 2018. Las razones de esta demora, me cuentan, fueron financieras; tuvieron qué ver con que el museo quería que Federación y Estado le dieran dinero y, a la vez, pretendían operar como museo privado.
Y en La Milarca, de Mauricio Fernández, que con un setenta por ciento de avance en su construcción ahora se dice que requiere de 55 millones de pesos para completar el proyecto. Quizá la diferencia en el caso de La Milarca es que Mauricio Ferández es inmensamente más popular que todos los promotores del arte y la cultura que intentaron abrir museos en la ciudad. Es un TikToker, de hecho.
Justo hace días leí sobre un TikTok influencer de helados que consiguió financiamiento de 1.5 millones de dólares para abrir su nevería en Nueva York en la que la experiencia del cliente consiste básicamente en ver y hacer esto:
¿Qué son 55 millones de pesos para Mauricio Fernández, y más si ahora es TikToker?
Un grupo foodie al servicio de la comunidad
Fue durante una sobremesa que un amigo me recomendó el grupo de Facebook Auditores Gastronómicos, que fue una gran revelación. Esta comunidad de 20 mil miembros es una alternativa a varias cosas que ya no me gustan de las cuentas foodies que hoy tienen la autoridad para colocar restaurantes en un radar gastronómico cada vez más reducido.
De entrada, es un grupo enfocado y ordenado en un dinámica que no se descontrola: alguien pide una recomendación, alguien responde. Alguien reseña un lugar o platillo con estrellas, texto y fotografías; y luego los demás comentan.
No hay autopromoción saturada de negocios, no se desvía la conversación a temas ajenos a la comida, no hay controversias, no hay un sesgo socioeconómico notorio entre quienes participan, las recomendaciones se hacen desde la voz del consumidor (no de un experto, no de un crítico de comida), no hay una estética que dicte que en las fotos tenemos que ver un pastel con toppings desparramados, un cóctel servido en un cuerno o un filete encima de una piedra candente. Como ya se habrán dado cuenta, son muchas las cosas que ya no me gustan de las cuentas foodies. Y al tratarse de un grupo que no está manifestando su estilo de vida al comer, Auditores Gastronómicos se siente como un auténtico servicio a la comunidad.
Santa Catarina intentará el shaming (y arrestos) para los ruidosos
No estoy seguro de que el shaming como técnica de concientización sea efectivo entre regios. Seguramente el regio, al hacerle shaming, pensará que lo quieres hacer viral y te lo va a agradecer. El shaming fue el método elegido por Jesús Nava, alcalde de Santa Catarina, para exhortar a los residentes del municipio a ser mejores vecinos. Dio a conocer las direcciones que presentan más quejas por exceder los límites de ruido, principalmente los fines de semana.
Eso no es todo lo que les puede pasar a quienes se consideren los DJs de su cuadra. Habrá arrestos administrativos hasta por 36 horas y multas que van de 3 mil 848 hasta 28 mil 866 pesos para quienes superen los 55 decibeles entre las 6:00 y las 22:00 horas y, a partir de las 22:00 horas y hasta las 6:00 horas, el límite de ruido es de 50 decibeles.
Si alguno de los lectores de este newsletter figura en la lista de los ruidosos indiciados o es vecino de alguno de ellos, quiero saberlo todo.
La crema Norteñita sabor fresa es un producto en existencia
Solo quería dejar esta foto aquí.
El efecto Stranger Things en los negocios locales
La fiebre por lo retro no es algo nuevo, ni algo de lo que alguna vez nos vayamos a curar. Pero aun inmersos en nostalgia desde hace décadas, hay ciertas cosas retro que siguen en el olvido. Un mérito que podemos concederle a la serie Stranger Things es rescatar reliquias pop que nadie estaba re-descubriendo a nivel masivo.
Pasó con Neverending Story, de Limahl, pasó con Running Up That Hill de Kate Bush y, si extrapolamos este efecto, veremos cómo negocios locales de Monterrey que habían quedado fuera de la escena restaurantera, como Tortas Joker, están siendo descubiertos a través de ese gusto por la estética Stranger Things.
Regios will be regios es un newsletter semanal sobre Monterrey, escrito por Maximiliano Torres.
Instagram: @regioswbr