La revancha del stand up
Con la llegada del semáforo epidemiológico en verde Monterrey está por reactivar una de sus fábricas más grandes: la de conciertos. En algún punto de la historia de esta ciudad alguien pensó que hacer conciertos era el negocio del siglo. Y así comenzaron a construirse recintos para shows. La idea no era mala. No se construyeron demasiados. El problema fue que todos los recintos que se abrieron (así tuvieran capacidad de 400, 4 mil o 14 mil personas) comenzaron a disputarse los mismos artistas para su programación. De ahí que artistas masivos que llenan arenas o auditorios, comenzaron a presentarse en sitios pequeños, encareciendo los boletos y dejando al público local con más dinero por desembolsar y una cartelera con limitadas opciones.
La gran incógnita para el medio de los eventos en vivo en Monterrey es si este año que pasamos con los telones abajo y las luces apagadas fue lección suficiente para repensar el modelo de negocio y el sentido de la programación de espectáculos.
¿Será cuestión solo de re-programar los conciertos pospuestos y seguir como si nada, o será cuestión de preguntarse si la nueva normalidad y el público que emergerá del confinamiento requerirán de nuevos eventos? De otros artistas, otros géneros musicales, otros formatos de producción, otra manera de promoverlos. Por lo pronto la pandemia está obligando a los promotores de eventos a pensar en alternativas para seguir operando con limitantes como la de abrir inmuebles de espectáculos con un aforo del 20%
¿Qué clase de espectáculo pueden programar que no requiera altos costos de producción, ni logística y que pueda llegar a su punto de equilibrio en la venta de boletos y recuperar la inversión con tan solo meter el veinte por ciento de la capacidad total del inmueble?
Cualquier empresario de conciertos diría: Apenas que se pare una sola persona en el escenario y le prendan un reflector. Y salimos tablas.
Y ahí es donde entran los standuperos.
El arte escénico que por décadas estuvo relegado a lugares como El Unicornio Azul (la catedral de la comedia desde 1986), en el segundo sector de Cumbres (por si no queda claro que tan relegado estaba el stand up en Monterrey), en 2021 será no solo clave, sino el único recurso de los promotores de espectáculos de las grandes ligas para poder reactivarse. Estos shows ya comenzaban a ganar espacios más mainstream desde antes del 2020, sin embargo, no eran cruciales para el funcionamiento de dichos espacios.
El vuelo directo a La Isla
En el romance entre Monterrey y Texas (¿o será más bien el crush de Monterrey con Texas?) ambas ciudades le están echando ganas. Primero se abrió la ruta Monterrey -McAllen, y ahora la ruta Monterrey - Isla del Padre.
¿Dónde está la ruta Monterrey -Austin?, exclamamos muchos.
En twitter me referí a la Isla del Padre como la meca sampetrina, lo cual generó cierto escepticismo: ¿todavía lo es? ¿no era eso en los 80s y 90s? ¿qué destino es ahora el favorito de los sampetrinos? Hasta la fecha, yo veo que los suplementos sociales envían a sus fotógrafos a La Isla para captar a los vacacionistas sampetrinos.
There is something about San Nicolás
Es momento de poner más atención a cómo el municipio de San Nicolás está haciendo uso de sus espacios públicos. Ya habíamos hablado de su instalación pandémica para exhortar a la gente a quedarse en casa, en la que colocaron un cementerio de cruces blancas acompañado de esas letras enormes que decían QUÉDATE EN CASA; luego, vimos sus murales en tributo a las películas de Studio Ghibli. Ahora circulan en redes estas fotografías de frutas gigantes colocadas en el cruce de las avenidas Fidel Velázquez y Manuel L. Barragán. Las tres han sido iniciativas del gobierno municipal.
Hay que notar que esta instalación está desde octubre del año pasado. No sé si simplemente en mi burbuja de twitter fue que no nos dimos cuenta hasta esta semana, o en general estas frutas gigantes apenas están recibiendo atención en redes sociales.
Si podemos darnos cuenta que Jeff Koons puso una escultura del otro lado del mundo, pero no notamos esto en el municipio de a lado. Aquí es posible que ya empiece yo a divagar, pero también pensé en lo libre y relajado que es San Nicolás para poner arte en espacios públicos sin generar discusiones, incluso pasando desapercibido.
Probablemente el mural de Dr. Lakra del túnel de la Loma Larga existiría sin reproches en San Nicolás. ¿El David?, podría estar en medio del estadio de Tigres sin causarle inconveniente a nadie. De hecho hice una búsqueda en Instagram y no encontré fotos de nicolaítas con estas frutas, lo cual es bastante extraño. Seguramente no estoy buscando bien. Otra cosa que me llama la atención es que el espacio donde estas esculturas fueron colocadas se llama El Corredor de las Emociones. Tal vez se les pasó la mano con lo new age del nombre, y a la vez tienen menos pose, menos pretensión.
No es el corredor del arte, no es el corredor cultural, no es San Pedro de pinta. Es El Corredor de las Emociones. ¿Significa que uno puede orillarse en el cruce de Fidel Velázquez y Manuel L. Barragán y gritarle a las frutas o llorar frente a ellas?
Fact-checkeando el video de la pelea de los golfistas
No pocos pensamos que el video de los golfistas intentando iniciar una pelea a golpes podría ser de origen regiomontano.
¿Estamos frente a la siguiente generación de los Garza Mercado preservando la tradición familiar? No, en realidad el incidente ocurrió en Querétaro. Pero nuestro tiempo llegará. Paciencia.
Regios will be regios es un newsletter semanal gratuito (que podría ser un podcast) sobre Monterrey, escrito por Maximiliano Torres.