Cuando Samuel García adoptó “electromovilidad” en su vocabulario como palabra de moda (y casi como muletilla), estaba invitándonos a visualizar a Monterrey transitada por Teslas, sobrevolada por drones de pasajeros, atravesada por la línea de metro que recorrerá el Parque Fundidora.
En la actualidad regia, la electromovilidad se manifestó menos pretenciosa, más práctica, sin delirios de grandeza; con la imagen un hombre conduciendo un patín eléctrico sobre Morones Prieto.
Entonces a varios, incluyéndome, nos llegó el comunicado: Monterrey ya tenía pioneros de la electromovilidad. Me di cuenta que no estaba consciente de esto por la manera en que quise entender la noticia del scooter en Morones Prieto: pensé en un solo conductor de patín eléctrico causando disrupción por toda la ciudad.
Dos amigos lo vieron yendo en contra del sentido vial en Avenida San Jerónimo, hubo quienes lo identificaron como originario de Ciudad de México porque, claro, esas conductas tienen que venir de afuera. Hubo quién lo identificó como un extranjero que estaba de visita en la ciudad porque, claro, la innovación tiene que llegar de afuera. Días después, los medios informaron sobre un conductor de scooter atropellado en el cruce de Aarón Sáenz y Rogelio Cantú; y por la reacción de los comentarios online, fue como si la gente estuviera esperando que esto sucediera. “Normal. ¿Qué esperaban?”
Mi idea del solitario conductor de scooter se fue corrigiendo conforme empecé a investigar. Encontré a través de twitter a alguien que confirmó la versión del conductor extranjero.
Esta es su historia:
A Viktor lo conoció hace un año y medio una amiga por la aplicación tándem para intercambio de idiomas. Ella practica alemán y ruso y Victor, español e inglés.
Después en una platica por video lo conoció otra amiga y ellos hicieron clic, tuvieron varias conversaciones y a mediados de mayo estábamos en Cancún las 3 en viaje de chicas y Viktor dijo que llegaría ahí. Claro que no le creímos, pues vive en Alemania.
Hizo un viaje de 15 horas y llego a Cancún, se vino con nosotras a Monterrey y estuvo alojándose en airbnb. Como fue una visita inesperada no podíamos estar moviéndolo todo el tiempo, así que empezó a buscar alternativas de trasporte.
Primero nos dijo si teníamos una bicicleta que le prestáramos o donde podía rentar una. Sí buscamos, pero no hubo opciones a buen precio.
Después, alguien se ofreció a prestarle una motoneta, pero como no tenía placas se optó que mejor no para no meternos en problemas, y al final el comentó que quería un scooter y él mismo investigo en donde lo podía comprar y todo.
El primero le duró 2 días y se le descompuso, le dijeron que no debía usarlo para saltar y así (claro que nunca lo uso para eso, pero bueno) la tienda le presto otro en lo que reparaban el suyo.
Se estuvo moviendo alrededor de 2 semanas desde Alfonso Reyes y Jiménez, hasta Parque Fundidora, y desde anillo periférico hasta calzada Del Valle. Sí anduvo por avenidas como Gonzalitos, Constitución, San Jerónimo, etc, siempre con su casco y su GoPro, tratando de captar todas las imágenes posibles.
Sí fue estresante para nosotros, pues sabemos que en nuestro país no hay mucha cultura vial y mucho menos reglas o normas para este tipo de transporte, pero gracias a Dios no tuvo ningún percance. Él se fue de Monterrey encantado, pues la mayoría de las personas fueron amables con él y a pesar de la barrera del idioma pudo hacer amigos y darse a entender. En estos momento él se encuentra en Peru, y regresará a Cancún en unas 3 semanas para de ahí volar a Ámsterdam.
¿Creemos que un turista alemán se aventuraría a andar en scooter en una zona urbana si el scooter no fuera un vehículo apropiado? Tal vez sí contaba con el scooter adecuado para recorrer esas distancias, tal vez subestimó la falta de cultura vial de Monterrey, tal vez proviene de una cultura con mayor sentido común para usar scooters.
Después de conocer la historia de Viktor, supe de otro usuario de scooter que a través de IG stories les hacía saber a sus amigos preocupados que el atropellado de la noticia no se trataba de él, pues hace días no circulaba en patín eléctrico por la ciudad.
Días después, caminando por calles de mi casa, tuve mi primer avivamiento de scooter. En este iba una mujer con una backpack, posiblemente en dirección a su trabajo.
La opinión pública abrió el tema para reaccionar polémicamente, pero si vemos y escuchamos el video que se viralizó, la persona que lo grabó expresa no solo su preocupación, también su admiración y aprobación a la elección de usar scooter.
Volviendo al gobierno, su posicionamiento fue pedirles a los conductores de patín eléctrico que se vayan por la banqueta.
Lo único que necesitas en Monterrey para ser pionero, mártir, suicida, activista y némesis es transportarte en menos de cuatro ruedas.
Gayosso tiene un call center. Capillas del Carmen, un podcast
El segundo avistamiento polémico en las calles de Monterrey fue este panorámico anunciando un podcast en el que se entrevista a la hija de una mujer fallecida en el atentado al Casino Royale.
Que la entrevista sea el tema de un podcast no es lo problemático. Que este episodio sea el elegido para promocionar el podcast tampoco es lo problemático, siempre y cuando el podcast aborde estos temas con seriedad. (O no lo sé. Ustedes díganme.) Que la fotografía usada para el anuncio no corresponde a la ropa que la entrevistada llevaba el día que se grabó la entrevista (esto se puede comprobar en YouTube) da cierta vibra de sesión fotográfica publicitaria; eso tampoco es lo problemático.
Es inusual ver que un podcast tenga presupuesto para una pauta publicitaria Out of home (panorámicos, vayas, parabuses, etc), que en un cálculo rápido puede empezar en los 50 mil pesos mensuales. Tal vez el presupuesto vino de patrocinadores; aquellos que colocan su logo en la parte inferior de los pósters. Allí se alcanzan a ver los logos de Capillas del Carmen y Capillas Dolores.
Escuché el episodio. Es el tipo de podcast conversacional, de una hora de duración que tiene gran auge en la audiencia. Son historias de duelo y supervivencia que definitivamente tienen mérito como contenido de interés. Donde cruza la línea hacia lo problemático es cuando nos damos cuenta que el podcast no está patrocinado sino producido por Capillas del Carmen y, cuando la hija de la mujer que murió en el Casino Royale habla del funeral de su mamá, la conductora acota que fue en Capillas del Carmen. Yikes.
Fue quizá una falta de juicio; tampoco es que errores como ese abunden en el podcast. En lo general, los temas y la manera de abordarlos se mantienen dentro del respeto.
Una funeraria con su propio podcast - aun y sabiendo que el boom del podcast ya vio sus mejores días - tiene algo de creativo si la comparamos con las tácticas de Gayosso y su call center que diariamente llama a personas para ofrecerles servicios funerarios y hacerlos pensar en el día de su muerte. Todo es marketing.
Regios will be regios es un newsletter semanal sobre Monterrey, escrito por Maximiliano Torres. Instagram: @regioswbr.
Super like al título de está entrega y su guiño distópico.