The María Julia Before Christmas
Por si no les llegó el memo…
La Navidad se cancela.
Este discurso tiene algo de admirable. María Julia Lafuente representa ciertas actitudes del regio universal. Actitudes que chocan con el distanciamiento social, el confinamiento y la realización de actividades esenciales.
Actitudes como:
Perseguir a Chayanne por Las Misiones en un carro de golf hasta acorralarlo.
O festejar masivamente el triunfo de su equipo favorito de futbol.
Si una embajadora de las pasiones regias se da cuenta que es momento de meter freno a esas actitudes, el siguiente llamado a la consciencia podría venir de quien menos lo esperamos.
El antro de los 90 se despide
Para varias generaciones de regios las palabras Vat Kru son la contraseña de una sección especial de flashbacks noventeros. Incluso para mí, que no alcancé la mayoría de edad durante el esplendor de esta discoteca.
Para todo puberto en el Monterrey de los 90s, su acceso al Vat Kru solo se podía garantizar a través de eventos privados. Esto es: una graduación o una fiesta de XV años. Mi graduación de secundaria y el XV años de una amiga de la preparatoria fueron mis accesos contados al Vat Kru, del cual recuerdo la música, la alfombra pegajosa y un show de dos estructuras en forma de dragón que aparecían en el clímax de la noche. Ayer demolieron el inmueble.
Para no haber estado ubicado ni en Centrito Valle, ni en Barrio Antiguo, para no haber tocado nunca rock (como lo decía su nombre Vat Kru: Rock House), para haber sobrevivido el escándalo de una muerte por negligencia durante la grabación de un programa televisión, el Vat Kru fue un lugar bastante longevo y popular. Icónico, me atrevo a decir. ¿Quizá tan icónico como el Kokoloco, pero dirigido a un segmento más mainstream? (Digo esta clase de cosas provocadoras para que la gente se anime escribir en la sección de comentarios.)
Y como, por lo visto, es imposible no terminar hablando de desarrollos inmobiliarios en cada newsletter, el Vat Kru fue demolido para construir Avalon; un complejo de cinco torres con departamentos, suites ejecutivas, comercio, oficinas, hotel y salas de cine.
Me sorprende que los desarrolladores de esta ciudad no hayan tirado el Vat Kru a las 00:01 del año 2010. Tumbaron residencias, templos, colegios, cines, barrios, pero al Vat Kru le dieron veinte años de gracia. Regios will be regios.
Siguiendo la ruta de los vagones de la línea 3 del metro como si fueran nuestro paquete de Amazon
Los medios locales están cubriendo el trayecto del primer grupo de veinticuatro vagones de la línea 3 del Metro de Monterrey que llegarían al puerto de Altamira en Tamaulipas el pasado martes, provenientes de Alemania. ¿Slow news days o sí es tema?
¿Es tanta nuestra emoción porque se finalice la línea 3 que seguiremos el trayecto de los vagones hasta Monterrey? Algo así como cuando trasladaron a Tláloc al Museo Nacional de Antropología e Historia en Ciudad de México.
UPDATE: el caso de la Bienal FEMSA
Quienes seguimos el caso de las publicaciones de IG de Bienal FEMSA, en un principio las tomamos con sarcasmo. Es común que, cuando una cuenta institucional o corporativa de redes sociales publica algo que originalmente debía ir en la cuenta personal del responsable del social media de la marca o publica un copy sin revisar que esté listo, todos nos unamos para burlarnos del accidente.
En el caso de la bienal, lo “gracioso” fue que las instastories del viernes 13, en opinión de algunos, fueron más efervescentes que cualquier propuesta artística que esta plataforma haya mostrado en pasadas ediciones. Desde luego, este también fue un caso de “ahora todos somos críticos de arte y opinamos al respecto.” Lo publicado en el IG de Bienal FEMSA nunca fue gracioso sino serio.
El responsable de las publicaciones en protesta al ambiente laboral al interior de la bienal publicó esto desde su cuenta.
Y en la biografía de su cuenta dejó un link a este texto; un recuento muy personal en el que habla de las circunstancias que lo llevaron a su protesta digital. La primera parte es extensa, narra detalles de su vida personal sin los que no se entendería el estado mental en el que publicó las instastories.
En la segunda mitad, rinde cuentas:
Y así llegamos al viernes 13. Ooooh gran día inolvidable. Me volví loco literalmente. Me disfracé de coca cola e hice el primer live desde el Instagram de la bienal FEMSA donde hablé de los factores de riesgo psicosocial de los que advierte la Secretaría del Trabajo. Hablé de cómo sin apoyo real entre compañeros se abre un portal desértico que nos pone al borde a todos. Revisé frente a unas 50 personas cómo uno se vuelve loco de trabajar sin condiciones ambientales adecuadas, como estar sin convivencia humana o el acompañamiento a distancia. Luego hicimos en una colectividad anónima una expo, un museo urgente, idea que nació justo una noche antes con Livier en su clase de museología. Un museo de esos que de verdad exponen cosas que están sucediendo. Y decidimos exponer esa condición de dolor de hacer una bienal fuera de campo, con sus desigualdades y realidades problemáticas. El concepto fue la idea de la okupa, inspirados en lo qu pasó apenas en la CNDH de la ciudad de México. Llegar, romper vidrios, grafitear, pero en una infraestructura capitalista como Instagram. Fuerom seis horas de gritar y soltar. Fue liberador al principio y terrible con el paso delas horas. A la una y media, alguien del equipo me quitó como admin del Facebook, donde no estaba pasando nada. Luego cambiaron la contraseña del Twitter, donde tampoco hicimos nada. Y luego quisieron entrar a mi correo personal que yo abrí para poder trabajar en la bienal hasta que lo consiguieron. Mientras nosotros hicimos una okupa pública, mis colaboradores tomaron la infraestructura que trabajé durante más de un año. Un día de despojos mutuos. A las 6 de la tarde regresé el Instagram después de barrer mi desmadre colectivo anónimo. Ellos se quedaron con todo y yo con nada. Luego vinieron los reclamos como si fuera un traidor o un asesino. Nadie de ellos vio el dolor tan grande que aún sigue aquí. Nadie. Al final del día, de nuevo pedí ayuda. Otra vez a Daniel. Yo estaba al borde del colapso y él me reclamaba los daños colaterales. Su apoyo fue mandarme por quesadillas con un amigo y al otro día continuaron los reclamos. Hoy, miércoles 18 ya, vivo con la ansiedad de una incipiente demanda de FEMSA. A saber bien por qué. El silencio reina entre los ex colaboradores y no sé qué sigue. Presiento una estigmatización, una cadena de exclusiones, castigos legales y económicos, entre otras cosas.
En la confesión de Alejandro Gómez Escorcia están la narración de su meltdown. Lo que hace falta es conocer a qué nivel de exigencia y maltrato se dio la explotación laboral que menciona vagamente; detalles que harían de este texto más una denuncia que un relato biográfico.
El caso es interesante, pues poco se habla del desgaste que sufren quienes tienen este tipo de empleos en las empresas. Se da por hecho que los community managers son jóvenes que por naturaleza pueden pasar todo el tiempo en redes sociales, manejando múltiples cuentas sin sufrir secuelas o sin que se considere explotación laboral.
Regios will be regios es un newsletter semanal gratuito (que podría ser un podcast) sobre Monterrey, escrito por Maximiliano Torres.