En esta edición de RWBR mi obsesión con lo que los regios comemos se va a volver delirio. Prevenidos. Y, por favor, soporten.
La historia de esta entrega tiene que ver con sandwiches. De ensalada de pollo y de jamón y queso. Dos básicos de las piñatas y reuniones sociales que sutilmente están siendo inducidos al salón de la fama del paladar regiomontano y podrían acabar en el menú de tu siguiente visita al restaurante en el que los cubiertos tienen tu nombre escrito.
Este mini caso de estudio comenzó en junio del 2022, cuando noté que Doña Concha (una repostería sampetrina que solo vende conchas) empezó a vender ensalada de pollo en su tienda.


Esto me parece tema porque (además de que para mí casi todo es tema) en las reposterías boutique se habla otro código. Ganache, toffee, gluten free, sal de mar, setenta por ciento cacao. “Ensalada de pollo” no cabe en ese campo semántico. Toda la vida, de ambos lados del túnel de la loma larga, la gente ha comido ensalada de pollo; a lo que voy es que no es un símbolo de estatus como los que las reposterías venden. Todavía más: no es un platillo estéticamente aceptable en el Instagram de marcas de comida. O no lo era.
Hay algo de punk en lo que hizo Doña Concha: rentas un local en Calzada del Valle, juegas el juego de contratar a un estudio de interiorismo y a una agencia que te diseñen como marca moderna; de la escena. Luego, en medio de esa perfección, colocas un refractario con ensalada de pollo de piñata. Luego sandwiches de ensalada de pollo, y de jamón y queso.
Los restaurantes sampetrinos ya llevaban la delantera en esto de servir comida cotidiana: las tostadas con salsa, los duritos, el elote, los tacos dorados, la espiropapas, las paletas de hielo. La diferencia es que, mientras los restaurantes se inspiraron en cocineros callejeros con los que no tuvieron colaboración, ni ofrecieron reconocimiento, Doña Concha lo hizo con la cocina materna; dándole el crédito y visibilidad a su mamá, que es quien prepara la ensalada y los sandwiches. Otro gesto contrario al statu quo: su logo es el retrato ilustrado de una mujer de la tercera edad.
El segundo acto ocurrió cuando otra repostería local, Montacometa, anunció a su clientela que van a empezar a vender sandwiches de ensalada de pollo y jamón con queso en su sucursal de Highpark; nuevamente tenemos un platillo cotidiano, nada pretencioso colocado en la variedad de comida de una plaza en donde el ticket promedio de restaurante puede ser estratosférico.
Lo que más delató esta inspiración directa de Doña Concha fue la curiosa, extensa y no muy necesaria justificación que publicaron en sus instastories en las que la voz de la marca nos contó cómo, originalmente, las fundadoras de Montacometa pensaban abrir un restaurant de Burritos que se llamaría Casa Mula. Enseguida mostraron los bocetos del logo de dicha marca y fotos de las pruebas de los burritos que habrían vendido. Todo esto para explicarnos por qué que ahora también venden lonches, justo de ensalada de pollo y de jamón con queso. Con sabor a mamá.
Al día siguiente, Doña Concha respondió:
Este fue un intercambio diplomático, no como la confrontación que Montacometa recientemente con The Secret Donut Society.
Me siento un poco absurdo dedicándole todo el newsletter a esto. Pero en este ejemplo mínimo está contenida la imitación en cadena debido a la cual Monterrey tiene hoy decenas de restaurantes de mármol negro que venden cortes de carne bañados en oro, con tuétano y postres con galleta Biscoff. Es la historia de nuestro paladar, la historia de las marcas locales y la historia del emprendimiento hechas sandwich. Nada de esto anula el derecho de las marcas a competir y ofrecer nuevas opciones de lo que ya hay en el mercado. Lo que me fascina es de dónde vienen las tendencias de comida, el pequeño lugar que tiene la innovación en lo gastronómico. ¿Realmente esto es lo que se vende porque es lo que nos gusta comer?



BONUS: No dejen de ver este artículo de El Heraldo de México sobre Barrio Antiguo: el rinconcito Europeo que puedes visitar en Monterrey. Spoiler: ninguna foto es realmente del Barrio Antiguo.
Regios will be regios es un newsletter semanal sobre Monterrey, escrito por Maximiliano Torres. Instagram: @regioswbr
<3 el artículo del heraldo, nos da vida.
Hahaha ¿qué rollo con las fotos del Heraldo? Sobre toda esa de los bustos romanos de por lo menos 2000 años de antigüedad y magistralmente titulada "corredor del arte".