Señales de que estamos en una nueva fase del Monterrey Cinematic Universe
regios.substack.com
Siento que estoy retomando la programación habitual de RWBR en una nueva fase de este universo llamado Monterrey. Una fase con sucesos extraños, propios de un multiverso. Una fase en la que: Existe una nueva ola de merch alusiva a Monterrey Salvo aquellas postales con imágenes del faro de comercio y el cerro de La Silla, y los llaveros de piel que comprabas en las artesanías, Monterrey nunca ha tenido mercancía oficial como marca turística, ¿cierto? Existen las campañas de promoción que le tocan a cada administración de la Secretaría de Turismo, y hasta ahí. Esas campañas tienen que ver con el patrimonio tangible del estado. Pero nada hay que exalte ese patrimonio intangible que es la cultura regia contemporánea; todo lo que queda cuando quitas el cerro de La Silla, la carne asada y la industria. “No queda nada”, dirán algunos. Sí queda, diría yo. Y lo que queda también es digno de serigrafiarse en una playera. La ciudad continúa sin su buena y efervescente
Señales de que estamos en una nueva fase del Monterrey Cinematic Universe
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Señales de que estamos en una nueva fase del Monterrey Cinematic Universe
Siento que estoy retomando la programación habitual de RWBR en una nueva fase de este universo llamado Monterrey. Una fase con sucesos extraños, propios de un multiverso. Una fase en la que: Existe una nueva ola de merch alusiva a Monterrey Salvo aquellas postales con imágenes del faro de comercio y el cerro de La Silla, y los llaveros de piel que comprabas en las artesanías, Monterrey nunca ha tenido mercancía oficial como marca turística, ¿cierto? Existen las campañas de promoción que le tocan a cada administración de la Secretaría de Turismo, y hasta ahí. Esas campañas tienen que ver con el patrimonio tangible del estado. Pero nada hay que exalte ese patrimonio intangible que es la cultura regia contemporánea; todo lo que queda cuando quitas el cerro de La Silla, la carne asada y la industria. “No queda nada”, dirán algunos. Sí queda, diría yo. Y lo que queda también es digno de serigrafiarse en una playera. La ciudad continúa sin su buena y efervescente